Capítulo 8

·UNREACHABLE. -Capítulo 8.

Entonces lo ví, sentado en la orilla de la fuente, un chico con una gorra de ‘NY’ morada, unas supras moradas, y unas gafas Rayban negras, una camisa, súper ajustada negra, se me acercó.
Y claro como no, no me lo podía creer, era él de verdad…
¡LAS PALABRAS DE NEVER SAY NEVER VOLVÍAN A TENER SENTIDO, PARA MÍ!
**
Dios mio, como no lo iba a reconocer… Era él, su pelo, su sonrisa, su todo…
Cuando finalmente estaba delante de mi, me dijo:
-Hola, Annie. #Y me dio dos besos#
•Me quedé en estado de shock•
-H-hola, Justin.. •No podía apartar la mirada de sus ojos, esos ojos tan bonitos, de un color inexplicable, más bien miel•
Justin: -¿Qué te pasa?
-Nada, nada. •Y salí de mi empanamiento•
-¿Está carta es tuya? •Me dijo extendiendomela•
-Si, menos mal que la has encontrado.
-Si, si.. Toma. •Su expresión de la cara cambió totalmente al mirarme el pie•
Chos, ¿Qué te ah pasado en la pierna? –Dijo un poco sobresaltado.
-¿Te acuerdas está tarde, cuando nos tropezamos? –Asintió- Pues que parece que me hize un esguince, nada grave.
-Y todo por mi culpa.
-Que no, tonto. Más bien fue culpa mía que iba corriendo. •Le enseñé una sonrisa, que pareció mostrarle confianza, ya que el también sonrio•
-¿Quierés dar un paseo?
-Bueno, la verdad es que no me apetece, porque andar con muletas me cuesta.
-Vale, que te parece si nos sentamos en uno de estos bancos..
-Vale.
Fuimos hasta donde estaban los bancos, y me ayudó a sentarme, mira que soy patosa…
Estuvimos charlando un rato, cuando nos íbamos a despedir, no me había dado cuenta de una cosa.
-Oye, Justin, ¿Cómo conseguiste mi número? Que yo sepa no te lo eh dado. –Y solté una pequeña risa.
-Bueno… Pues… que estaba escrito dentro de la carta… #Dijo musitando, pero se le oyó perfectamente#
-¿Có..co..mo? ¿Dentro de la carta? ¿Y la has leído?
-Si. •Miró al suelo, apenado, parecía como si no le hubiera gustado hacerlo•
-Bueno no pasa nada, pero con tal, de que no se lo digas a nadie, me basta.
Vale. •Sonrio, se le veían todos los dientes, parecía que le había bajado un ángel del cielo•
Oye, ¿Y quién es ese tal Eric? –Y acto seguido miró para otro lado.
•Me sonrojé• ¿Y ahora que le puedo decir?
-Un amigo. –Solté una pequeña risita.
-Un amigo, ya claro… y al que te ibas a declarar ¿no?
-Bueno a ti eso, no te importa… Digo yo.
-Si yo te dijera.
-¿Él qué?
-Nada. –Y miró al frente, como si no quisiera darme una respuesta.
-Oye, mira.. En mi casa tengo que estar a las 21:15 y son las 21:00, así que yo ya me voy, vale…
-¿Cómo que te vas, caminando? ¿Así en tu estado? ¿Qué casi no puedes andar con las muletas? Que te eh visto caminar con ellas, a tu casa seguramente no llegas.
-¿Estado? Y si llego. No soy tan patosa como crees.
•Y le miré con una carilla, más o menos así: ¬¬ •
-No me mires así, que sabes de sobra que te voy a llevar a tu casa.
Y se fue andando, dirección a su coche, este niño no me escucha.

Resumiendo, nos subimos en el coche, yo insistí en que no hacía falta,
Pero él, dale que te pego, con que me llevaba.
Accedí.
Durante el trayecto, hubo un silencio incomodo, así que rompí el hielo.
-Oye, Justin, ¿Porqué has regresado a Canadá?
•Me miro, y sonrió, volvió a mirar al frente•
-Bueno, pues que quería estar un tiempo con mi familia, y relajarme, pero las beliebers, me persiguen, ni siquiera me dejan tener novia.
-¿Y a ti, te gusta alguien?
-Bueno, estoy dudando. –Y dio una pequeña carcajada.
-Aquí es mi casa –Dije señalándola- Es aquella, la de la valla blanca.
-Vale.
•Aparcó•
Yo: Bueno, ¿Qué tienes pensado hacer ahora?
-Nada, en mi casa no hay nadie, mi madre se ah llevado a mis hermanos a casa de una amiga suya.
-Si quieres, puedes venirte a la mía.
-Vale. •Dijo sonriente•
Salimos del coche, llegamos hasta la puerta, la abrí…
-Mamá, ya estoy en casa. •Silencio total•
-Parece que no hay nadie. –Dijo Justin.
-Esqué mi madre, no avisa si se va, y después me dice que este en casa a la hora que me dice, bueno ahora vengo, voy un momento arriba.
•Al intentar subir, Justin se percató de que no sabía, [Ya que iba con las muletas].
Así que me cogió en brazos, estilo princesa…
-¿Pe..pero, qué haces? –Dije medio gritando.
-Venga, ahora no te me pongas así, que no puedes ni subir las escaleras.
•Y empezó a subir las escaleras•
-De verdad, que eres imposible. –Resoplé.
-Anda, no te pongas así ahora, cual es tu cuarto.
-El del fondo a la derecha.
Abrió la puerta del cuarto, y se sorprendió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario