Capítulo 7.

·UNREACHABLE. -Capítulo 7.


En ese instante, una lagrima recorrió mi mejilla, es la carta más bonita que había escuchado nunca, entonces en ese momento, supe que mi destino era encontrarme con ella, cojí mi Iphone, apunté su número y la llamé.

*************
Marqué su número, un pitido, dos, tres.. Pensé que ya no lo cojería pero en el último momento, ¡zas!, va y lo coje.

**CONVERSACIÓN**
-Si, ¿quién es?
Chico: -Hola, mira, soy el chico de esta tarde, cuando te tropezaste conmigo, y se te callo una carta, ¿quieres que te la devuelva, no?
-Claro, claro.
Chico: -¿En donde quedamos?
-Te parecería bien, delante de la fuente, la que está al lado del museo.
Chico: -Vale…
-¿A que ora?
Chico: - Mira, tengo unas cosas que hacer, ¿te parecería bien a las 19:30?
-Claro.. ¿Cómo sabré quien eres?
Chico: -Tranquila, lo sabrás. #Y colgó#.

•Narra de nuevo Annie•
Que misterioso, el chico… -Dije, en voz alta.
Estaba ya en casa, me dolía un poco el tobillo, así que le dije a mi madre que me llevara al médico.
-Mamá, ¿falta mucho?
-No, estoy buscando tu cartilla.
•Resoplé.
Odiaba esperar, es una cosa que me saca de los nervios.
Mi madre ya estaba bajando, por la escalera, con mis hermanos, son tan revoltosos.
Lucas: -Chos, ¿¡Porqué tenemos que ir al médido, si es ella la que se ah hecho daño!?
Lucía: -Eso. •Refunfuñó•
Mis hermanos, siempre tan generosos conmigo.
Mamá: -Por que si. Sois pequeños para dejaros solos en casa.
•Se cruzaron de brazos•
Yo: -Venga, pequeñazos.
Y salieron de casa refunfuñando, subimos al coche.
Mi madre les abrochó el cinturón a mis hermanos, son un desastre ya tienen 6 años y les tiene que abrochar mi madre, son unos mimosos.
•Llegamos al hospital•
Mi madre me ayudó a bajar del coche, y me apoye en su hombro, yendo a la pata coja.
Eran las 18:00, y había quedado con aquel chico a las 19:30.
Yo tenía cita para el médico a las 18:15.
Pasaron los 15 minutos, y entré sola en la consulta, mi madre dijo que mis hermanos podrían hacer cualquier trastada hay dentro.
Doctor: -Bien, ¿Es usted la Señorita Truscott? –Dijo mirando un papel.
-Si, soy yo.
-Haber, digame, ¿Qué le ah pasado?
-Pues que esta tarde iba corriendo, y me tropecé.
-Bueno, tengo que verlo… Siéntese en la camilla.
•Me senté•
Él médico cojió un taburete pequeño, se sentó delante mia, y me cojió el pie.
-Aiiish, tenga cuidado, que duele.
-Normal, si lo tienes hinchado, es un esguince.
-Joder.
-Esas palabras.
-Perdón.
•El médico me vendó el tobillo, #o lo que se haga cuando alguien tiene un esguince#
Y me dio unas muletas, salí de la consulta•
-Lo ves hija, eso te ah pasado por ir corriendo…
-Ya, mamá, calla, no me lo recuerdes.
Dc: -Tendrá que estar en reposo unas dos semanas, después vengan de nuevo.
-Vale. –Dijimos mi madre y yo, al unísono.
•El médico le dio cita a mi madre, para dentro de dos semanas, salimos del hospital, ya eran las 19:20, subimos al coche, y le dije a mi madre que me dejara en la fuente, al lado del museo, que había quedado con una ‘amiga’ , esqué no le iba a decir que había quedado con un chico que no conocía. Después de insistirle mucho, accedió.
Me dejo en la plaza, con una condición… A las 21:15 en casa.
No me podía quejar.
Cuando estaba llegando, me resultaba difícil caminar, esqué con las muletas yo no tenía mucha práctica, que digamos.
Entonces lo ví, sentado en la orilla de la fuente, un chico con una gorra de ‘NY’ morada, unas supras moradas, y unas gafas Rayban negras, una camisa, súper ajustada negra, se me acercó.
Y claro como no, no me lo podía creer, era él de verdad…
¡LAS PALABRAS DE NEVER SAY NEVER VOLVÍAN A TENER SENTIDO, PARA MÍ!

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